Estar soltero puede ser genial, disfrutar de no rendirle cuentas a nadie, salir y besar muchos sapos.. ¡Disfrutar de la vida mientras puedes! Sin duda, perfecto.
Pero llega un momento, en el que quizás lo has disfrutado tanto que empiezas a sentir que necesitas a alguien a tu lado, una persona que llene ese vacío que te empieza a corroer, sin previo aviso amenaza a destruirte.
Pensabas que estar solo, jugar con sentimientos ajenos y hasta con los tuyos propios en vez de usar tu Nintendo te haría feliz, te llenaría completamente y te mantendría protegido del dolor. Te escondías detrás de un escudo lleno de orgullo, afirmando no creer en el amor porque el amor no estaba hecho para ti, repetías mil veces que no necesitabas a nadie, en ese escudo donde poco a poco te fuiste cerrando para que nada ni nadie te importara realmente, excepto quizás, uno que otro amigo.. Pero de pronto tu escudo se empezó a romper, y te sientes confundido y vulnerable, no quieres sufrir otra vez, te sientes incapaz de soportar eso una de nuevo.
En ese momento, dejas caer cientos de lágrimas que corren por tu rostro y caen en el papel donde escribes; recuerdos y sentimientos se te escapan resbalando por tus mejillas hasta terminar en tus labios, tu camisa, y de nuevo en el papel. Te sientes solo, te das cuenta que ya no recuerdas lo que es sentir que esa persona te quiera como algo más que un juguete sexual, o es que quizás nunca llegaste a sentir eso...
Te atragantas a chocolate, pero esta vez no te ayuda y comienzas a pensar que lo mas cerca que has estado del amor ha sido viendo las películas de Disney, y luego recuerdas otra cosa.. Los finales felices no existen, sólo están en esas caprichosas películas rosas que tanto adoras.
Comienzas a entender otra cosa más: las veces que te han querido, tú huiste. Ah, ¡mírate ahora! Estas solo. ¿Y sabes qué? Cuando todo va mal debes pensar en cosas bonitas, recordar esos momentos que te sacaron sonrisas sin dejar que la nostalgia te invada demasiado, debes creer en ti para alcanzar algún día la felicidad.
Hazte un favor, no, no me lo prometas a mí, hazlo por ti.. Promete que cambiarás, apreciarás a las personas y las valorarás por lo que están dispuestas a ofrecerte. El amor existe y en el fondo tú lo sabes.. Necesitas cerrar definitivamente las heridas, y entonces, sólo entonces, podrás amar otra vez.. No te precipites que todo llegará, esta vez es tu turno de creer en mí.
¡Anímate que algo bueno está por sucederte!
¡Anímate que algo bueno está por sucederte!
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