¿De que sirvió dejarte entrar en mi mundo, si de igual modo te fuiste?
No me sirvió de nada aparentar ser fuerte, porque sólo tú y yo sabemos que no es así, que logro actuar muy bien aunque en realidad me esté viniendo abajo. Pasan tantas cosas en mi vida y llegaste tú a sumarle alegrías y también un poco de tristezas; no te culpo de todo, créeme no lo hago. Es mi culpa por ilusionarme, por dejarte entrar, por quererte de esta manera cuando sé que ya no hay marcha atrás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario