28 de agosto de 2022

Día 671

Hoy abrí una caja nueva de cigarros 

otra de tantas que he abierto desde entonces 

y me di cuenta que más nunca volteé el de la suerte, 

porque mi suerte se acabó el día que dejaste de estar conmigo. 

Recuerdo exactamente el olor de la ciudad en el instante que todo acabó

mis interrogantes y la rabia que acompañó al dolor.

Te dije tantas veces que me daba miedo estar contigo por el cigarro 

y desde entonces no he podido dejarlo.


Quizás es lo único que me mantiene conectada a ese momento, 

a nosotros,

a nuestra vida y sus mil futuros, 

a mis esperanzas sobre nosotros, 

al supuesto reencuentro... 

que ya no sé si existen. 


Mi grupo favorito sacó una canción que habla sobre dos personas en un mismo espacio que nunca consiguen coincidir; 

pero nosotros coincidimos 

y quizás no lo volvamos a hacer. 


Quizás habla sobre nosotros, 

quizás habla de la distancia que nos separa, 

yo aquí 

y tu allá. 


Quizás no habla sobre el mar que nos separa o lo difícil que es cuando tu corazón está del otro lado.

Quizás no habla de la advertencia lógica de amar a alguien que tiene planes distintos y cómo la vida (y la ciudad) te va a cambiar.


Pero habla de dos personas que no pueden coincidir,

de un viaje en un solo sentido,

de buscar en otros horizontes algo que ya tienes.


Y al final, 

dejamos de coincidir.


Sabina habla de parar el mundo por ese supuesto encuentro de amor,

y dudo mucho que su supuesto encuentro fuese distinto entre nosotros, 

Hoy,

Ahora. 


A veces me encuentro en conversaciones triviales hablando sobre ti,

sobre nuestras conversaciones 

sobre tu forma de ver el mundo y explicármelo. 


Porque incluso sin estar juntos, estamos juntos.

Porque en esta distancia seguimos estando.

Y qué bonito.


Porque coincidir es todavía más complejo que un simple espacio y tiempo.


Hace unos meses pensé que era arroz de otro trigal,

pero no lo es.

No sé si nunca lo sea.

Y en el fondo,

espero que nunca lo sea.


A veces me encuentro explicando las cosas que aprendí de ti a otra gente:

Tu anticiparte en las escenas,

Tus explicaciones complejas sobre la vida y la muerte,

El valor de tus principios,

Incluso cuando intentaba corromperlos.


Solo quiero que se enfaden las flores y se muera el olvido,

Porque dos personas que se pertenecen con esta fuerza,

No pueden terminar de otra forma 

Que no sea juntos.

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