29 de noviembre de 2013

Adiós.

     Todos nos acostumbramos a lo bueno, y yo no pude evitar acostumbrarme a tus llamadas, a tus bromas, a como me contentabas con solamente hacerme ojitos, a voltear a verte y sonreír porque tú también me estabas viendo. Supongo que solamente me queda resignarme a ser un capítulo en tu libro.

     Debo agradecerte porque ahora aprecio la música de una manera diferente, y que el corazón es más fuerte, aunque… ya no es el mismo. Y sí, a mis domingos les hacen falta tus besitos en la frente, las risas en medio de la gente, y sobretodo afrontar lo que viniera… tomados de la mano.

     Siempre quise que todo se arreglara por sí solo como en los cuentos de Disney, donde la princesa sale bien lograda por arte de magia, o escapa de todos los trucos por caprichos del destino. Y tal vez nuestro problema fue ese, que estábamos tan ilusionados el uno con el otro que solo podíamos ver las cosas buenas que teníamos y ningún defecto… pero luego llega el amor, tal y como realmente es y nos enseña nuestros defectos también, y ya no nos supimos cuidar más.

     Siento cada pelea y las propuesta a medio cocinar… merecías mucho más.

     Pero el pasado existe, tú y yo existimos, y alguna vez tu nombre y el mío fue un nosotros. Y me doy cuenta que aun siento. Supongo que para nosotros no existía el futuro, pero sí existieron recuerdos, risas, lágrimas… Es que tú y yo compartimos lágrimas.

     Yo no puedo odiar a alguien que en su momento me hizo la persona más feliz, eso sería arruinar tu recuerdo. Los días que pasamos juntos son días que no volverán, que no vamos a compartir con nadie más… que te los entregué a ti, y tú me los entregaste a mí. Fuimos testigos el uno del otro, de ese momento en nuestras vidas.

     Eres el amor de mi vida. Voy a estar bien, te lo prometo. Espero que puedas volver a ser feliz como lo fuimos tú y yo, con alguien que no es el amor de tu vida. Mientras tanto, yo seré feliz con alguien que no es el amor de mi vida.

     Yo no te quiero olvidar. Sé que hiciste lo mejor para los dos.

     Ahora solo seremos muchas llamadas sin hacer, muchos mensajes sin enviar, y muchos recuerdos que a veces tendrán que acompañarse de un tequila… o de un cigarro, de algún vicio.

     Honestamente espero que te hayas ido para ser feliz, y no para después arrepentirte. Por favor, no te arrepientas... porque sabes que me sería imposible decirte que no, y no resistiría volver a verte partir.

      Aquí se te recuerda, estés o no.

     Tienes un hermoso futuro delante de ti, las personas buenas se merecen cosas buenas y tú te mereces lo mejor.

     Deseo que tengas una vida tan bonita como tu sonrisa.

27 de noviembre de 2013

Bienvenido a mi vida.

Mucho gusto. Bienvenido a mi vida.



¿Cómo estás? Espero que tan feliz como yo.



No sé qué pasa que cuando estoy contigo las palabras se me esconden, como si les asustara salir y no ser las adecuadas. Llegaste de repente para hacerme feliz y abrazar hasta mis miedos. Eres todo lo que no quiero romper; tan fresco, tan auténtico, tan intacto.

Soy más feliz que nunca, soy más feliz que nadie.

La manera en que vives como si todo fuese bueno, la forma en que nunca dudas de mí y que me quieres incluso cuando yo no me quiero. No necesité mucho para saber que eres ese que describí en la lista. Mi hombre ideal. Y aunque tu risa, tu sonrisa, tu cara, tus ojos, tu tamaño, tus abrazos y tus besos no sean como los imaginé, encontré una solución: yo nunca hubiese imaginado algo tan perfecto.


Hola amor, ¿cómo estás? Espero que sonriendo.

Prometo hacerte reír, apoyarte, escucharte, cuidarte, mimarte, acariciarte, protegerte, quererte, besarte, y amarte mientras tenga conciencia, ojos, oídos y brazos para hacerlo. Haré todo lo que esté en mis manos para borrar tus malos recuerdos, curar todas tus cicatrices, y regalarte el más lindo presente. Voy a darte unos oídos que te escuchen y una mente que te ayude a buscar una solución. Aprenderemos que nadie puede más que nosotros, que juntos podemos lograr lo que queramos.


Hola mi vida, ¿cómo estás? Estoy feliz de tenerte en mi vida.

Quiero que nunca se acabe la ilusión que tengo cuando te voy a ver, ni las maripositas que dan vueltas por mi estómago cada vez que me dices cosas bonitas, ni el rubor de mis mejillas, que me hacen parecer un tomatito cada vez que te tengo cerca. Ni la manera en la que paso a ser una niña pequeña solo por estar contigo. Quiero que esta felicidad nunca desaparezca... pero sobre todas estas cosas, te quiero a ti.