- Te quiero, te quiero desde el primer momento que te vi.
- ¿Qué?
- Sí, eso.. Que te quiero cada día junto a mi, quiero besarte, tenerte y estar siempre contigo.
- ¡Mentira!
- ¿Cómo te atreves a decirme que miento? ¿Yo? Incapaz de mentirte, de engañarte.. ¿No ves cómo mis ojos te gritan la verdad?
- Es mentira, tú nunca me quisiste, siempre me rechazaste.
- ¿No ves que intentaba engañarme a mí misma? ¿Cómo me repetía que no podía sentir eso? ¿Cómo desde el roce de ese beso no te saco de mi mente?
- ¿Y cómo sé que ahora no mientes?
- Porque me puedo mentir a mí, pero no a ti. Porque tengo que contenerme para no llorar cuando estás lejos, para no correr hacía ti cuando me miras, para no tartamudear cuando te hablo, y para que no se me escape cuanto te quiero y todo esto que siento.. Tal y como está pasando en este momento.
- Pues lo disimulas muy bien, porque no, no lo veo.
- ¡Demonios! ¿Qué más quieres que te diga? ¡Siempre supe que intentarlo no era suficiente!, ¡te odio!
- Pruébame entonces que esto no son solo palabras, porque yo te odiaré si te vas.
- Ven conmigo, y comencemos a escribir este cuento juntos..
*se acerca y la besa*
- Yo también te quiero, siempre lo he hecho.. Y a diferencia, siempre lo he sabido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario