Pocas cosas he soñado como cuando soñé contigo, pocos sueños he tocado como cuando me tocaste. Casi nunca me he sentido tan viva como el momento en que llegaste… ni tan muerta como cuando te alejaste.
Fui un cadáver andante, vacía de besos, manos, palabras, labios, falta de tus ojos tan llenos de mí, temerosa de todo lo que me recordara a ti. Y me rompí.
Esos días no era más que un montón de cristales en el suelo brillando entre lágrimas y anhelos. Fui todo lo que me ha dolido, estuve de luto por nuestro amor perdido. Lloré lágrimas ocultas en sonrisas falsas, miré hacia arriba pensando en la caída. Anduve para tropezar, dejé de comer para alimentar mi fatalidad. Estuve sin estar.
¿Y sabes qué? Sobreviví. Aquí ya no vuelvas más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario