Mi amigo Óscar es uno
de esos príncipes que harán bien manteniéndose alejados de los cuentos y de las
princesas que los habitan. No sabe que es el príncipe azul quien tiene que
besar a la bella durmiente para que despierte de su sueño eterno, pero eso es
porque Óscar ignora que todos los cuentos son mentiras, aunque no todas las
mentiras son cuentos. Los príncipes no son azules y las durmientes aunque sean
bellas, nunca despiertan de su sueño. Es el mejor amigo que nunca he tenido y,
si algún día me tropiezo con Merlín, le daré las gracias por haberlo cruzado en
mi camino.
6 de agosto de 2012
Mi amigo Óscar.
Mi amigo Óscar es uno
de esos príncipes sin reino que corren por ahí esperando que los beses para
transformarles en sapo. Lo entiende todo al revés y por eso me gusta tanto. La
gente que piensa que lo entiende todo a derechas hace las cosas a izquierdas, y
eso, viniendo de una zurda, lo dice todo. Me mira y se cree que no lo veo.
Imagina que me evaporaré si me toca y que, si no lo hace, se va a evaporar él.
Me tiene en un pedestal tan alto que no sabe cómo subirse. Piensa que mis
labios son las puertas del paraíso, pero no sabe que están envenenados. Yo soy
tan cobarde que, por no perderle, no se lo digo. Finjo que no le veo y que sí, que me voy a
evaporar…
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