14 de agosto de 2017

Los sueños solo son otra mentira

Incluso antes de verte aquella tarde de café había imaginado un futuro precioso para nosotros. Había soñado con el día que nos fuésemos a otro país, donde pudiésemos salir a tomar y beber hasta regresar borrachos, a casa, e hiciéramos el amor sobre el sofá. 

Había imaginado nuestra vida en un apartamento pequeño donde apenas habría espacio para nosotros pero que nos encantaría porque es nuestro. Había imaginado nuestras tardes los jueves en el bar debajo de casa, con una caña, riéndonos porque hay costumbres que nunca cambian, y después, a medianoche, todavía nos tendríamos el uno al otro. 

Cuando ya eras parte de mi vida, y no solo un sueño, también imaginé un futuro. Imaginé que aprendíamos del pasado, que aprendíamos a aceptar nuestros errores y sanábamos. Una vez soñé que nos curábamos las cicatrices con agua de besos y el futuro era precioso. Teníamos una carpa blanca donde ser felices y una casa con vista a la playa en cualquier otro lugar del mundo donde cenar con amigos y vino. 

Anoche soñé que éramos capaces, que el amor era todo lo que se necesitaba, que nuestro egoísmo se daba por vencido y trazábamos el mismo camino. Me desperté a las 3:57 sabiendo que todo era una mentira, un sueño de una niña tonta que no distingue sus sueños de la realidad. 

Me volví a dormir, bañada en lágrimas, pero esta vez no soñé. Todos los sueños se esfumaron como una mentira que se sabe delatada. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario