18 de abril de 2015

Mi primera experiencia de unas tantas que vendrán.

¿Qué es la Quema de Judas?
"En casi todo el territorio venezolano hay una tradición en la que distintas comunidades tienen una amplia participación el Domingo de Resurrección, pero son famosas las que se realizan en Caracas, en sus distintas parroquias. Se trata de La quema de Judas, esta tradición tiene un significado simbólico de justicia popular, pues a través de esta el pueblo expresa sus quejas y descontentos con relación a los acontecimientos políticos y comportamiento de figuras públicas y funcionarios del estado, de igual forma trata de dar finiquito simbólico a la cuaresma para garantizar su resurrección el próximo año. El motivo original es recordar la traición de Judas a Cristo, y simbólicamente alude a la traición del personaje escogido para ser el Judas, a su pueblo, comunidad ó hasta el país.

El “Judas” en cuestión es un muñeco elaborado con telas, ropas viejas y trapos, relleno con fuegos artificiales que aportan los participantes de la quema de cada comunidad, estos fuegos artificiales son explotados una vez el Judas es ahorcado y se quema."


Mi testimonio:
Había quedado atrapada en Caracas para Semana Santa cuando se me atravesó la idea de ir al taller de Ver y Asombrarse y conocer la Quema de Judas. Pensé que si no me montaba en el tren, nunca me daría la oportunidad de empezar a conocer a fondo a Venezuela.

Me monté. El primer día todavía estaba un poco nerviosa, era la primera vez que tomaba fotos de calle y además no conocía a nadie. De pronto, al llegar a El Pedregal, las emociones de sus habitantes me empezaron a envolver. Había emoción, amistad, cariño, esfuerzo y dedicación en el aire. Nosotros queríamos saber más y comprender la tradición, y ellos a su vez, querían que su historia fuese contada. La química entre el grupo y nuestros anfitriones fue perfecta.

Llamaron a su Judas “No Hay”, como medida de protesta ante la falta de productos en los anaqueles y la pérdida de la calidad de vida que atormenta a todos los venezolanos, sin ningún tipo de distinción. Al contrario de lo que creía, el eje principal de la tradición se centraba en los niños; claro, ellos deberán transmitir esa misma pasión a sus próximas generaciones.

El momento cumbre de la noche llegó el domingo al caer el Sol: la esperada lectura del testamento. Estaban todos los ciudadanos de la zona. De esa no se salvaba nadie, todo pecado cometido relacionado a la temática del Judas sería mencionado. Presenciamos risas, tensiones e insultos, hasta que finalmente, en medio del estruendo ardió el No Hay.

Como todas las cosas buenas en la vida, el fin de semana de La Quema de Judas llegó a su fin, a la vez que encontró su lugar entre mis experiencias de vida favoritas, y es que quizás los talleres de Ver y Asombrarse puedan ser mi nueva droga


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