Tienes la mirada llena de mentiras. La vida no te quiso vivir más por decirle que dormías cuando en realidad querías morir un rato.
Duerme para soñar y piensa para vivir.
Varios días de café y noches de desvelos divinos porque muero lentamente en tu luz cesante... Tienes ese remedio que me hace creer que cicatricé la herida que un día tú mismo causaste; y al final empiezo a sangrar las palabras, las mentiras y los suspiros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario