16 de septiembre de 2011

¿Quién soy?

He tardado dieciséis años en empezar a conocerme, ¿y tú dices que me conoces? Si en toda una vida aun no soy capaz de comprenderme a mí misma y mis necesidades, ¿y crees que tú lo harás?

Y si he tardado tanto en conocerme, ¿cómo digo que conozco a los demás? Es que para querer a otros antes te tienes que querer a ti. Para conocer y comprender a los demás primero te debes conocer y comprender a ti mismo. Eso es fundamental.

Ni yo sé bien cómo soy, sólo sé cómo actúo bajo ciertas circunstancias, más a veces me sorprendo a mí misma al salir de mi propio estándar. Entonces, ¿quién soy? ¿Qué hago? ¿Por qué lo hago? Pero no soy capaz de dar una respuesta. Aun así, lo intentaré:

Hago lo que creo en cada momento, y lo hago porque eso es lo que quiero hacer. Soy... soy de muchas formas, soy como quiero ser, como quieres que sea y como me quieras ver.., ¿soy? Sí. Soy orgullosa, cariñosa y siempre entrego lo mejor de mí. Lo doy todo cuando quiero algo, pero me conformo con lo que tengo. Tardo en olvidar, pero cuando olvido... olvido para siempre. 

Soy carismática y demasiado alegre, muy abierta y confiada. Digo lo que pienso, y no me importa si a los demás les gusta o no. Odio cocinar casi tanto como amo leer o escribir, y me encanta asumir riesgos, apostarlo todo y ponerme en peligro para producir adrenalina. Pero sobre todo, apostarlo todo cuando tengo más probabilidades de quedarme sin nada. 

Soy buena escuchando lo que me tienen que decir, y creo en las segundas oportunidades, pero nunca en las terceras. Soy valiente, y disfruto más ayudando a mis amigos que haciendo las cosas para mí. Viajar... me gustan los aviones y conocer lugares nuevos, y no me gusta estar mucho tiempo en el mismo sitio. Soy adicta a todo lo que toco, me envicio fácilmente a cualquier cosa. Soy enredada, disfruto hablar por teléfono y de los pequeños detalles. Todo me importa, y por ende me preocupo rápidamente. 

Me fastidia la gente enrollada y negativa, la gente que habla sin saber, y la gente falsa. O sea la mitad de ustedes. Me aburro demasiado fácil de los lugares, de las personas y de todo. Tengo demasiados sueños, demasiadas fantasías en mi vida... Pero lo más fundamental es que no tolero las mentiras, y pues considero como "mentiras" a ocultar información, decir medias verdades o al simple acto de mentir.

Aun así no, no me conozco. Sé cual es mi esencia y reconozco la esencia de las personas rápidamente, sin mucho esfuerzo sé cómo encontrarla.. Pero no, nunca llego a conocerme ni conocerlas.

Soy complicada, no soy fácil de tratar y aun así estoy rodeada de las mejores personas del mundo. Amo con todo mi ser, con cada centímetro de mi cuerpo... Y soy capaz de darlo todo por aquellas personas que considero importantes en mi vida. Por aquellas personas a las que llamo "mis perlas".

¿Entonces, quién soy? ¿Y tú? ¿Quién eres?

13 de septiembre de 2011

Sr. Martín

- ¿Ves toda esa gente que esta caminando sin sentido pero en direcciones concretas?
- La veo
- ¿Te das cuenta como todos van hacia algún lugar con algún propósito? Ni tú ni yo cambiaríamos ahora mismo por ellos. Y eso es porque nos gusta nuestra vida, nuestro rostro, nuestro camino.. No podemos entender a dónde van, qué necesitan hacer.. Pero todo cambia por la noche.. En plena madrugada fíjate en los edificios altos y verás que hay pocas luces encendidas, muy pocas. Casi todo el mundo duerme, tan solo hay algunos que están despiertos.. Y esos son los que buscan y los que encuentran.
      A esas altas horas de la noche, en las que el mundo duerme, ellos están amando o gozando de conversaciones intensas.. Y ese sentimientos y esas palabras están cambiando su vida. Siempre debes poner en tu vida más noches que días, joven Dani.



Extracto del libro "Si me dices ven lo dejo todo, pero dime ven" de Albert Espinosa.

7 de septiembre de 2011

Mis cuatro diamantes preciosos.


Somos energía. Energía es lo que o veo en todo este mundo. Energías que te inundan cuando las ves, cuando las sientes, cuando las oyes, cuando las quieres, cuando te diste cuenta que las amabas..
Energías que te permiten encontrar tu senda.
Las energías no se pueden fingir, son lo que son. Te pueden ayudar a ver tu futuro o devolverte a tu niñez o adolescencia.
Yo busco energías. No me importa la edad, el sexo o el aspecto físico. Tras los cuerpos, tras las palabras, tras el amor, tras el deseo están las energías poderosas.
¿Sabes cuántas energías has de encontrar para poder completas tu vida? Tan solo cuatro que te impacten, es suficiente.

[ ... ]

- ¿Ves las fotos que están en esa pared? Ellos son mis perlas. Cada año de mi vida he buscado doce perlas, una por cada mes. Doce personas que no conociera pero que se me aparecieran y mi marcaran mi mundo de tal manera que mi yo virara.
Son esas joyas que el mundo te da, y aunque los años pasen, aun lo conservas.. Eso confirma qué gran perla fue, pues el tiempo no le ha quitado nada de su brillo ni su intensidad.
- *sonreí* ¿Hay energía en ellos verdad?
- Mucha. Tres de ellos son más que perlas.. son esas energías especiales que has de encontrar.. Almas que se funden con la tuya propia.
Con el tiempo, algunas perlas pasan a ser diamantes. Cada ochenta o noventa perlas aparece un diamante.. Un diamante, para que me entiendas, es una de esas personas que se te hace tan básica e importante en tu vida que parece creada únicamente para ti..
Aquellos diamantes son como tus desparramados.
- ¿Desparramados?
- Sí, esa es mi teoría.
- ¿A quiénes? ¿A quiénes desparraman?
- A cada uno de nosotros y a cuatro personas más. Te desparraman en el mundo para que con el tiempo vayas encontrando a los otros cuatro. Ése es uno de los sentidos de la vida: encontrar desparramados, y por eso hay señales, para que no te confundas.
- ¿Y cómo son las señales?
- Algo que los une, puede ser algo sumamente sencillo...
- ¿Qué ocurre cuando conoces a los cuatro diamantes?
- No lo sé, pero estoy seguro de que pasa algo.





Extracto del libro "Si me dices ven lo dejo todo.. Pero dime ven" de Albert Espinoza.

6 de septiembre de 2011

Nostalgia tridimensional.

Entras sin saber lo que te vas a encontrar. Con una sonrisa de esas sonrisas propias de ti en la cara, vez tanta gente conocida, pero claro que no te sorprende encontrarlos, allí es a donde pertenecen.
Avanzas, saludas a unos y otros y tu entusiasmo cambia según la persona, pero claro que estás muy emocionada.
Te sorprende la emoción con la que te reciben esas personas, todos te saludan y dicen lo mismo "¡Que grande estás, ya eres toda una mujersita!" y luego añaden "¿Esta vez sí te quedarás o te volverás a ir?". Notas un tono en su voz al formular aquella pregunta que denota que esperan que digas que te quedarás y no los volverás a dejar... Pero no es así, otra vez no es así.
Es claro que ha pasado mucho tiempo desde la última vez que los viste. Todos han cambiado. Tanto tú como ellos. En dos años la gente crece, se envejece, engorda o adelgaza. Pero la escencia de cada uno de nosotros es la misma y eso es lo que importa.
De nuevo estás en ese edificio, esas cuatro paredes donde dejaste atrapados tantos recuerdos. Han hecho algunos cambios, pero para ti todo ese lugar significa lo mismo: inmensa felicidad. Y la sensación de estar ahí y poder compartir ese momento con todos ellos lo demuestra.
Te despides, es hora de irte y les prometes regresar a verlos antes de irte.. Tienes ganas de contarle tantas cosas, cosas que mucha gente no entendería ¿cómo compartes así tu vida con tus profesores?, pero es que para ti fueron mucho más que profesores. Aprendiste tanto de ellos y compartieron tantas cosas... Sé que suena extraño, pues ni yo misma soy capaz de explicarlo.
Sales del aquel edificio, estás contenta de haberlos visto pues te hacía falta. Sentir que tú significabas tanto para ellos, como ellos para ti.. Esa sensación es magnífica.
Quizás es cierto lo que te decían, y no eres una chica convencional. Dejas que tu mente se libere antes de empezar a caminar y te invadan los recuerdos.. Le das la espalda empezando a caminar hacia tu casa, y empiezas a llorar.
No sabes por qué, pero lloras y te invade la impotencia de no poderte quedar y la nostalgia de dejar tantas cosas, momentos, pasaste seis años de tu vida allí, y probablemente fueron los más importantes, los que definieron tu esencia.
La nostalgia no te deja en paz y lloras y lloras sin parar. Pero sabes que tienes que dejar eso atrás y regresar al lugar de donde vienes. Todo estará bien, estás acostumbrada a los cambios y lo superarás.
En ese momento comprendes que no es la ciudad lo que te pide que te quedes, son esas personas y ese lugar los que amarran tu corazón y los que hacen que este viaje valga la pena.


“Nunca pensé que llegaría, nunca creí en ese momento,
te cambia la vida, sin que tengas nada para seguirla.
Te cambia y no piensas, en lo que te olvidas.
Y te despiertas un buen día, lo ves todo al revés,
miras atrás ves tu camino, el que hicieron tus pies..
Y mandas besos para todos los que volverás a ver,
tantos recuerdos enlatados en fotos de carné,
en lágrimas de ayer,
en todos los momentos que a tu lado yo esperé.

Que cuando me vaya no caiga una lágrima por mí,
que sólo quede la amistad.. Tantos sueños que recordar...
Que cuando me vaya y coja ese tren una vez más,
y ya no entre por mi ventana ese dulce olor a sal..
Que cuando me vaya de aquí, de mi tierra, de mi gente.
De mi tierra, la que me vió nacer, la que me vió crecer,
la que me vió ganar y me enseñó a perder.”

Cuando me vaya, Melocos.