12 de julio de 2016

Sin duda.

No soy perfecta. Ni cerca. Estoy irreparablemente rota y tengo tantos errores que ni siquiera podría recordarlos todos. No soy una buena persona, hago daño sin pensarlo dos veces, y termino dañándome sola. Lamento no ser perfecta, menos impulsiva, más honesta. Quisiera ser buena, ser mejor. Menos violenta. No soy perfecta.


Tengo un montón de errores, pero te amo. Cada parte de mí es toda tuya. Cada risa, cada poro, cada vez que lloro. Mis manos, y mis piernas flacas, mis lunares, mis ojos, el libro que aún no termino de leer, los escritos que nunca he publicado, las alas que no tengo, todos mis atardeceres, la alegría que me da verte a mi lado al despertar, y lo que me resta de vida. No soy perfecta. Ni cerca. Pero te amo.

9 de julio de 2016

Historia de un amor

Algún día escribiré sobre todo lo que habrá pasado desde que te encontré en medio de toda esta mierda.

Espero poder escribir que un día te tuve tan cerca que el mundo se hizo pequeño. Pondrá que acabaste con más tequila que sangre en las venas. Pondrá que te desmentí una a una todas las idioteces que te dijeron las zorras con las que fuiste a clase. Pondrá que me fui a vivir cerca de ti con la excusa de que tenía que estudiar allí.

En la última línea alguien tendrá que escribir por mí (en mayúsculas y con muy buena letra) que te quise tan fuerte que me estalló el alma.

4 de julio de 2016

De para siempres y otras cosas

Ya estoy en la casa y tú aún no has llegado, se siente un vacío que me recuerda como si hiciera falta lo mucho que te extraño. Me asomo a la recámara y una risa tuya suena a lo lejos, tan tierna y traviesa como tu mirada. 

Destiendo la cama porque así tan estirada no me gusta, me recuerda que no has llegado a dormir. Y es que ante tu ausencia no he tenido más opción que entretenerme lavando trastes, sacudiendo muebles y tendiendo la cama, todo con la esperanza de no pensar en ti aunque sea por un rato; funciona, tal vez una hora, después me quedo sentada en el sillón con los cojines perfectamente acomodados y sin tu pancita para recostarme en ella. ¿Ya mencioné que te extraño? 

Saco una cerveza y recuerdo que se me acabaron los cigarros y claro, no estás aquí para ir a comprarlos así que involuntariamente me uno a tu campaña de dejar de fumar. Y me uno a tu cepillo de dientes que a veces sin que lo sepas hemos compartido, también a las dos cervezas que hoy no podemos tomar juntos, a la televisión que sin ti me aburre y a mi libro que es mi único escape para no pensar en ti y en que no estás. 

Cuento los días para que regreses, pero no te preocupes, que tanto has estado en mí que una parte tuya ya es mía y esa se queda acá, conmigo.


Te extraño.