Nos imagino recorriendo Estados Unidos en un coche alquilado, escuchando un playlist a todo volumen, con tu mano en mi pierna y mis lentes de sol. Imagino mi mano acariciando tu pelo largo con tus manos en el volante, mientras conduces en una carretera interminable. Nos imagino como los extraños más enamorados, sin entender cómo llegamos a esto, pero felices de compartir una carretera sinfín.
Imagino lo que debe ser hacer realidad todas las historias que nos contamos por las noches, tus manos en mi cuello y mis uñas en tu espalda. Me imagino usando mi vestido nuevo, guardando mis bragas en tu bolsillo justo antes de entrar a un cuchitril al lado de la carretera. Imagino que algún día discutimos porque luego de un par de semanas, me quedé dormida y cambié el itinerario. Nos imagino parando en el camino para hacer fotos de los paisajes, para retratar tu risa y nuestras ganas de comernos la vida.
Nos imagino volviendo a la cama, borrachos de risa, libres de tiempo, de nombres y de frío. Libres de todo, menos de la resaca al día siguiente. Hasta que nos volvamos a ver.