Me desperté sudando en una cama con sábanas nuevas. Había tenido el sueño más extraño del mundo sobre miedos y decepciones. Lo que no sabía es que la arena también daba suerte, que bailar bajo la arena es aun mejor que bajo la lluvia. Dejar pasar el salitre entre los dedos mientras todo se mece y el tiempo se detiene en ese instante feliz. Con el sol sobre el rostro, la gente parece feliz.
No estamos muertos,
estamos más vivos que nunca
El calor tiene ese defecto, te hace olvidar a donde perteneces. Es como si nunca hubiésemos estado tan cerca el uno del otro, como si el mar trajese la esperanza del cambio, del nuevo porvenir. Es como si las bromas y el cinismo se borrasen de la historia. Dos lobos malheridos porque nunca aprendieron a querer y mientras suena la canción se lamiesen las heridas.
Vamos a lamernos las heridas
a acabar con el dolor
a darnos una oportunidad
Pero el mar es una fantasía. Nuestra historia solo la entienden los tejados, la ciudad del caos, el tráfico. El color dorado de la arena me sacó una sonrisa y me pidió que no me retirase todavía, porque tal vez todavía hay tiempo de romper los enigmas.