30 de junio de 2018

Carreteras «unknown»

Quería escapar del tiempo y lo hice en una carretera de un solo canal llena de curvas. La adrenalina continua cuando te acompaña la duda de si sobrevivirás a la siguiente. Lo haces. Llegas en plena tarde al azul del salitre. Todas tus responsabilidades reviven en una sola. Y después, el terror del porvenir, la ansiedad de la duda, la seguridad del momento. A mí no me hables de ases bajo la manga. 

- ¿Existe el amor de tu vida? - te preguntas. 

Una vez, creo, 
me susurró en un sueño que me escapara con él 
- a cualquier ciudad desconocida -. 

Bailar en la cocina mientras preparo mi plato favorito y meneo la copa de vino al son de la canción. A veces espero que un día aparezcas y me digas que tienes ganas de conocer esta ciudad tomado a mi cintura. Beber una cerveza en ese bar que siempre tiene jazz, caminar por las calles de la desesperanza y enseñarle a los curiosos que se pueden borrar las primeras tres letras y seguir estando vivo. Como si siempre hubiésemos vivido escapando y sonriendo, permitiendo que lo desconocido nos llene la vida. 

Venga, que nos toca inventar el futuro.

16 de junio de 2018

La vida

La ciudad. Esa que amanece azul y se torna gris, para volver a ser azul y en medio del calor de los rayos del Sol empaparte sin piedad. La ciudad. Esa en la que puedes correr a 120 kilómetros por hora para obligarte a frenar en seco y desperdiciar una hora atascada en el tráfico. La ciudad de los contrastes. Nada más rutinario que saludar al mesonero por su nombre y sentarte a esperar que te traiga la misma comida de todos los lunes: sopa, pasta y té negro con limón. El cansancio de la repetición y al mismo tiempo el disfrute de lo conocido. La calle ya no se abarrota de gente, pero los transeúntes caminan con prisa y caras amargas. Pero tú escribirás, seguramente escribirás mucho antes de irte. Querrás perderte en librerías, museos y arte cada mañana pero no tendrás tiempo ni de abrir las páginas de esa novela que paseas en la cartera desde hace semanas. Y cada mañana, en medio del tráfico, te pintarás los labios de un color llamativo que muestre que dentro de ti vive una persona con ganas de comerse el mundo. En ocasiones la soledad se llena de esos instantes en los que vivimos sin darnos cuenta. Eso es la vida, y quien diga lo contrario es un mentiroso, y lo sabe. 

6 de junio de 2018

Irse

Entre susurros te dices a ti mismo que cualquier ciudad que no sea esta te hará volver a ser, ¿volver a ser qué? Te preguntas mientras ves el cielo nublado y las calles vacías.

Dices que cualquier paisaje es mejor que la montaña llena de ansiedad y las largas filas que esperan para coger el autobús. Crees que el futuro vendrá por ti para hacerte feliz. Vendrá y te llevará. 

Yo solo puedo vivir con intensidad, con todos los tonos sobresaturados y a veces necesito atraparlo todo. ¿Y qué hay del vacío, de la ausencia? ¿Puedes?

Dices que seré feliz, que bailaré con tu recuerdo, que no extrañarás estos ojos verdes que te veían como si fueses lo más lindo que ha nacido nunca. Digo. No te mientas más.

2 de junio de 2018

Espirales

La ansiedad se adueñó de mi alma esta tarde. Me acuesto en mi cama y me convierto en una bolita que solo cuenta los minutos para que acabe el día. Sin cigarros ni alcohol. Respirar es difícil cuando tu corazón no sabe cómo seguir latiendo. Sin motivos. Motivoless. Es la tercera vez que me pongo a escribir esta noche. Nada tiene sentido, así que vuelvo a borrar. Como un escritor que arranca la hoja y vuelve a empezar de nuevo. El vacío infinito que intenta llenarse de palabras. Con la nostalgia pegada a la suela de los zapatos mientras te sientas en el parque a esperar. Intento recordar tu mano cogiendo la mía, tus labios cuando me besabas. Ya no sé a qué sabes. Esperar el día en que vuelva a sentir la sangre caliente bajo la piel. Será que esta cama es demasiado grande para que pueda dormirme. Tal vez no estaba lista para dejar esos 20 gramos cada mañana. Sigo esperando tocarte pero todo es un sueño y esta noche es demasiado larga y sé que no vas a venir. Volver a estar viva. Pero todo se aparta y el tiempo gira en espiral y las ciudades desconocidas están demasiado lejos. Ponerme mi vestido favorito con unos zapatos cómodos y salir a comerme el mundo mientras estás a mi lado. Eso es la vida. Despertarme una mañana cantando las canciones de mi madre y sonreír porque quizás mañana sí me sienta bonita. En una vida que. tal vez, podría ser la nuestra.