2 de junio de 2018

Espirales

La ansiedad se adueñó de mi alma esta tarde. Me acuesto en mi cama y me convierto en una bolita que solo cuenta los minutos para que acabe el día. Sin cigarros ni alcohol. Respirar es difícil cuando tu corazón no sabe cómo seguir latiendo. Sin motivos. Motivoless. Es la tercera vez que me pongo a escribir esta noche. Nada tiene sentido, así que vuelvo a borrar. Como un escritor que arranca la hoja y vuelve a empezar de nuevo. El vacío infinito que intenta llenarse de palabras. Con la nostalgia pegada a la suela de los zapatos mientras te sientas en el parque a esperar. Intento recordar tu mano cogiendo la mía, tus labios cuando me besabas. Ya no sé a qué sabes. Esperar el día en que vuelva a sentir la sangre caliente bajo la piel. Será que esta cama es demasiado grande para que pueda dormirme. Tal vez no estaba lista para dejar esos 20 gramos cada mañana. Sigo esperando tocarte pero todo es un sueño y esta noche es demasiado larga y sé que no vas a venir. Volver a estar viva. Pero todo se aparta y el tiempo gira en espiral y las ciudades desconocidas están demasiado lejos. Ponerme mi vestido favorito con unos zapatos cómodos y salir a comerme el mundo mientras estás a mi lado. Eso es la vida. Despertarme una mañana cantando las canciones de mi madre y sonreír porque quizás mañana sí me sienta bonita. En una vida que. tal vez, podría ser la nuestra.

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