17 de noviembre de 2017

Tan mía que soy tuya.

♡ butterfly spirit ♡

A veces me asomo desde mi ventana y soy dueña del mundo, olvido todo lo que no te tengo y me siento completa: completa en mi falta de ti. 

A veces me siento tan mía que se me olvida que soy tuya, tuya en donde sea que no estás, tuya como ella que sí es, tuya aunque no me sepas. 

A veces se me olvida que tú ya no me recuerdas y te escribo algo como esto, aunque no lo vayas a leer. 

8 de noviembre de 2017

De desastres

Photography by Lee Materazzi | @hannahoverbeekUna vez me dijeron que era el desastre más bonito, y no sé si sea verdad pero desastre sí soy. A veces me parece que si no tuviese la cabeza unida al resto del cuerpo ya la hubiese perdido, al menos mis ganas de comerme el mundo siguen intactas a pesar de las tristezas.

A desastre no hay quien me gane, y no intentes venir a ordenarme la vida, que es imposible. Si quieres, si te atreves, puedes intentar quererme a pedazos
-aunque no sepa ni quererme a mí misma-.  

Que a mí no hay un "no" que me pare y si la brújula del corazón insiste, yo persisto. Pero soy el desastre más bonito que te puedes topar en tu puta vida. 

3 de noviembre de 2017

De comienzos y vueltas a empezar

Yo lo que siempre quise fue ser la golfa de Extremoduro en vez de la princesa de su cuento, y mírame ahora, sentada, con la lencería bajo la ropa, esperando que suene el teléfono y seas tú diciendo que vienes en camino. Pero no llamas. 

Tienes la risa más bonita y más tímida que había visto nunca. Y con esos ojos de yo-no-fui me desnudaste tantas veces para amanecer en mis sábanas mientras tu mano jugaba a pintar formas en mi espalda. Me desperté y encontré tu cara junto a la mía con una sonrisa preciosa y un lente que continuaba capturando cada detalle. 


 Me encontraste rota, 
ahogada en pastillas, 
y me hiciste sonreír 
como si nunca 


me hubiesen quebrado 

Todavía quisiera decir(te) que si no me drogo, no siento nada, pero sería mentira y sabes que yo no sé mentir. Contigo he sentido en partes donde no sabía que era posible y al corazón de repuesto le ha dado por volver a latir.

Mi madre ha dejado de sonreír cuando le he dicho que ahora voy y vengo en moto, luego ha visto mis ganas de comerme el mundo con el casco bajo el brazo y ha soltado una carcajada. Me ha dicho que no cambio, que no paro hasta tener lo que quiero y por eso sigo siendo feliz. Me pinté los labios de rojo carmín y salí a comerme el mundo — en tu boca —. 

Ha sonado el teléfono. Un mensaje tuyo diciendo que vienes en camino, y yo con el peta en la mano y el corazón en las tuyas.