Me preguntas por qué escribo como si no supieras la respuesta, es como si te preguntara a ti por qué respiras. Para vivir, ¿no es así? Pues igual yo.
Es tal vez un poco menos evidente, yo escribo porque es mi forma más fuerte de gritar, la única manera de tomar la mano de la gente que quiero y que se fue muy lejos, y sentir su calor, la mejor forma que encuentro de retratar mis sueños, mis anhelos, mis miedos, mis prisas, mis risas, mi fuego interno.
Escribo porque mis manos siempre saben decir mejor lo que pienso que mi boca. Porque ellas siempre tienen el valor de revelarse contra el mundo. Porque las letras nunca me han traicionado, porque siempre están aquí tan al alcance de mi mano para decirme todo lo que a veces he callado.
Escribo porque siento, porque a veces también miento y porque me gusta soñar que escribo mi propio invento de lo que siempre he querido ser… mi propio cuento. Y que quizás a alguien, en algún rincón del universo, le pueda gustar.