28 de septiembre de 2014

Vacaciones

Aproveché ese mes lejos de casa para pensar y reencontrarme conmigo misma. ¡Oh, migo misma, como te extrañaba! Aproveché esos días de soledad para pensar en mí, para dejar de pensar en ti. 

Las noches cálidas pausaban mi dolor, prometían días mejores, quizás con él o con alguien más, pero un futuro nuevo pleno de felicidad. Aquél verano me recordó que sólo yo era dueña de mi destino y no podía desperdiciar un minuto más de mi maravillosa vida lamentando todo aquello que pudo ser y no fue.

Septiembre me enseñó que aunque la marea púrpura te devuelva algo más que recuerdos y te muestre los recovecos que habitaron de tu alma, aun quedan millones más que alguien nuevo podrá llenar.

Ahora pienso mucho más en mí.

27 de septiembre de 2014

Tu forma de mirar...

Odiaba esos momentos en los que no sabía si me mirabas tan profundamente porque podría ser tu mejor casualidad, 
o simplemente porque esa era tu forma de mirar al mundo, 
como si cada pequeño detalle fuese lo más maravilloso que te podría pasar...

19 de septiembre de 2014

Uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida y entonces comprende cómo están de ausentes 
las cosas queridas.

-Mercedes Sosa.

9 de septiembre de 2014

Me gustas porque estás.

Me gustas porque no me tienes miedo, porque me miras a los ojos y los vuelves de cristal. Me gustas porque me llenas, me acompañas, me rompes, me desgarras, me arrullas y no te vas. Me gustas porque nunca me abandonarás, y lo sé porque cuando los demás se van, tú bailas. Me gustas porque al final siempre me sabes calmar. Me gusta tu melancolía, tu dolor, tu fragilidad, tu fidelidad y tu sonrisa. Me gustas porque siempre consigues la ventana entreabierta que te permitirá pasar. Me gusta que te me cueles entre las manos, bajo la piel, en los recuerdos, y en las noches frías de verano. 

Me gustas, tristeza, porque siempre me dices la verdad.

7 de septiembre de 2014

Si pudieras volver atrás y cambiar solo una cosa de tu vida ¿lo harías? y si así fuera, ¿ese cambio de tu vida sería mejor? ¿o ese cambio terminaría rompiéndote el corazón o rompiéndole el corazón a otro? ¿elegirías un camino completamente diferente? ¿o solo cambiarías una cosa, un solo momento, un momento que solo quisiste recuperar?

4 de septiembre de 2014

Carta escrita en una servilleta en la barra del bar.

Te escribo porque no tengo mejor manera de besarte. Te pienso porque es mi forma de amarte. Te recuerdo para no olvidarte. Me marcho para no matarte. En definitiva, desde que te fuiste disfruto más el dormir que el vivir, pues prefiero el sueño en que te sueño a la realidad en que despierto sin ti. 

Amor, querido amor, esta noche tampoco me despido, porque no pienso marcharme, simplemente ya no voy a estar.