28 de diciembre de 2013

Pena - Vergüenza.

Dice que siente vergüenza. O como se dice, "está apenado". La pena como sinónimo de vergüenza es una particularidad del habla latinoamericana, igual que decir "mayor" en vez de "viejos" para no ofender a éstos, o decir "está malito" para suavizar una enfermedad mortal. 

Ésta es la historia de la época del auge petrolero, fines de los setenta, principios de los ochenta. De arranque, eso ya explica parte de la identificación pena-vergüenza. Vergüenza porque de tejanos el auge como nuevos ricos. Pena porque la riqueza fue mal empleada. Vergüenza porque el presidente dijo que nuestro problema ahora era administrar la riqueza. Pena porque los amolados siguieron siéndolo. Vergüenza porque nos volvimos frívolos, dispendiosos, esclavos de un capricho vulgar y de una cómica prepotencia. Pena porque no fuimos capaces de administrar ni la vergüenza. Pena y vergüenza porque no servimos para ser ricos, sólo nos conviene la pobreza, la dignidad, el esfuerzo... Aquí siempre ha habido gente corrupta, autoritaria y con exceso de poder. Pero todo se les perdona si al menos son serios (¿hay una corrupción sería y otra frívola?). La frivolidad es lo insoportable, lo imperdonable, la burla a todos los jodidos. De allí la pena y la vergüenza de esos años en que fuimos millonarios de temporada para amanecer al poco tiempo quebrados, en la calle, y llorando de risa antes de reír del dolor. 

Extracto de La frontera de cristal de Carlos Fuentes. 

26 de diciembre de 2013

¿Qué es ser Uesebista? | Noticia.

Ser Uesebista, más que ser simplemente un estudiante universitario es ser una persona capaz de asumir responsabilidades, de afrontar retos, de buscar la excelencia en todos los aspectos de su vida: es ser un ciudadano integral. Es decir, un Uesebista es una persona que permanece fiel a sus principios, que cumple sus derechos y deberes, y da lo mejor de sí por él, su familia y su comunidad.
En la Universidad Simón Bolívar se cultivan principalmente diez valores que se consideran de vital importancia para la formación de personas integrales: búsqueda de la excelencia, creación de futuro, calidad profesional, mística, honestidad, respeto, responsabilidad, solidaridad, equidad y conciencia ecológica. La solidaridad es el compromiso y participación que tenemos los miembros de la comunidad universitaria de actuar comprensivamente ante las necesidades de apoyo de los demás para sensibilizarnos con la realidad económica, política, social y cultural del país.
Desde El Uesebista queremos hacer un llamado de conciencia a nuestros compañeros, para que reflexionen sobre lo que significa ser un estudiante de la universidad de la excelencia. Con la colaboración de todos podemos seguir construyendo una universidad y un país mejor.

Mi primera nota de prensa. Extracto. Puedes conseguir la versión completa en el siguiente link:
Empleada del comedor MYS necesita nuestra ayuda.

13 de diciembre de 2013

Ese día...

La mayoría de los días del año no tienen nada de especial, comienzan y acaban sin dejarnos recuerdos perdurables en la memoria. La mayoría de los días no tienen ningún impacto sobre el transcurso de una vida;
el 8 de octubre, era martes...

9 de diciembre de 2013

Mi lugar favorito de todo el mundo.

     Dicen que todas las personas tienen un lugar en el mundo donde sentirse como en casa. Donde respirar, cerrar los ojos y encontrarse tranquilo, encontrarse bien. Un lugar del que enamorarse, del que sentirse orgulloso, del que la simple mención de su nombre haga que un cosquilleo te recorra hasta el último centímetro del cuerpo. Donde ser feliz, donde olvidarse de las cosas malas. Un sitio mágico, como sacado de las páginas de un libro... Este es el mío.


Jardín Cromovegetal, Universidad Simón Bolívar (Venezuela).

7 de diciembre de 2013

- ¿Por qué usar la misma ropa todos los días es sucio pero el mismo pijama no?

- Porque resulta que la hipocresía es nuestra mayor virtud. 

3 de diciembre de 2013

El problema eras tú.

     ¿Hasta qué punto tu vida te pertenece? ¿Hasta qué punto la controlas? De lo único que somos dueños, si es que lo somos, es de las propias decisiones. Decisiones que tenemos que tomar a raíz de unos sucesos que nos son impuestos, cosas que no podemos controlar. ¿Cómo iba a evitar yo que te cruzases en mi camino? ¿Cómo iba a saberlo yo? Cuando te conocí yo adoraba infinitamente a mi chico. ¿Cómo íbamos a saber nosotros que la amistad y el cariño iba creciendo? Yo no sabía que esto pasaría, no sabía que me iba a quedar sola y que tú ibas a estar ahí. 

Sólo con el tiempo me di cuenta de que no estaba desilusionada con el chico por ser como era, sino por no ser como eras tú. Cada vez más tiempo juntos me dejó claras muchas cosas. 

El problema eras tú, siempre lo fuiste. 

29 de noviembre de 2013

Adiós.

     Todos nos acostumbramos a lo bueno, y yo no pude evitar acostumbrarme a tus llamadas, a tus bromas, a como me contentabas con solamente hacerme ojitos, a voltear a verte y sonreír porque tú también me estabas viendo. Supongo que solamente me queda resignarme a ser un capítulo en tu libro.

     Debo agradecerte porque ahora aprecio la música de una manera diferente, y que el corazón es más fuerte, aunque… ya no es el mismo. Y sí, a mis domingos les hacen falta tus besitos en la frente, las risas en medio de la gente, y sobretodo afrontar lo que viniera… tomados de la mano.

     Siempre quise que todo se arreglara por sí solo como en los cuentos de Disney, donde la princesa sale bien lograda por arte de magia, o escapa de todos los trucos por caprichos del destino. Y tal vez nuestro problema fue ese, que estábamos tan ilusionados el uno con el otro que solo podíamos ver las cosas buenas que teníamos y ningún defecto… pero luego llega el amor, tal y como realmente es y nos enseña nuestros defectos también, y ya no nos supimos cuidar más.

     Siento cada pelea y las propuesta a medio cocinar… merecías mucho más.

     Pero el pasado existe, tú y yo existimos, y alguna vez tu nombre y el mío fue un nosotros. Y me doy cuenta que aun siento. Supongo que para nosotros no existía el futuro, pero sí existieron recuerdos, risas, lágrimas… Es que tú y yo compartimos lágrimas.

     Yo no puedo odiar a alguien que en su momento me hizo la persona más feliz, eso sería arruinar tu recuerdo. Los días que pasamos juntos son días que no volverán, que no vamos a compartir con nadie más… que te los entregué a ti, y tú me los entregaste a mí. Fuimos testigos el uno del otro, de ese momento en nuestras vidas.

     Eres el amor de mi vida. Voy a estar bien, te lo prometo. Espero que puedas volver a ser feliz como lo fuimos tú y yo, con alguien que no es el amor de tu vida. Mientras tanto, yo seré feliz con alguien que no es el amor de mi vida.

     Yo no te quiero olvidar. Sé que hiciste lo mejor para los dos.

     Ahora solo seremos muchas llamadas sin hacer, muchos mensajes sin enviar, y muchos recuerdos que a veces tendrán que acompañarse de un tequila… o de un cigarro, de algún vicio.

     Honestamente espero que te hayas ido para ser feliz, y no para después arrepentirte. Por favor, no te arrepientas... porque sabes que me sería imposible decirte que no, y no resistiría volver a verte partir.

      Aquí se te recuerda, estés o no.

     Tienes un hermoso futuro delante de ti, las personas buenas se merecen cosas buenas y tú te mereces lo mejor.

     Deseo que tengas una vida tan bonita como tu sonrisa.

27 de noviembre de 2013

Bienvenido a mi vida.

Mucho gusto. Bienvenido a mi vida.



¿Cómo estás? Espero que tan feliz como yo.



No sé qué pasa que cuando estoy contigo las palabras se me esconden, como si les asustara salir y no ser las adecuadas. Llegaste de repente para hacerme feliz y abrazar hasta mis miedos. Eres todo lo que no quiero romper; tan fresco, tan auténtico, tan intacto.

Soy más feliz que nunca, soy más feliz que nadie.

La manera en que vives como si todo fuese bueno, la forma en que nunca dudas de mí y que me quieres incluso cuando yo no me quiero. No necesité mucho para saber que eres ese que describí en la lista. Mi hombre ideal. Y aunque tu risa, tu sonrisa, tu cara, tus ojos, tu tamaño, tus abrazos y tus besos no sean como los imaginé, encontré una solución: yo nunca hubiese imaginado algo tan perfecto.


Hola amor, ¿cómo estás? Espero que sonriendo.

Prometo hacerte reír, apoyarte, escucharte, cuidarte, mimarte, acariciarte, protegerte, quererte, besarte, y amarte mientras tenga conciencia, ojos, oídos y brazos para hacerlo. Haré todo lo que esté en mis manos para borrar tus malos recuerdos, curar todas tus cicatrices, y regalarte el más lindo presente. Voy a darte unos oídos que te escuchen y una mente que te ayude a buscar una solución. Aprenderemos que nadie puede más que nosotros, que juntos podemos lograr lo que queramos.


Hola mi vida, ¿cómo estás? Estoy feliz de tenerte en mi vida.

Quiero que nunca se acabe la ilusión que tengo cuando te voy a ver, ni las maripositas que dan vueltas por mi estómago cada vez que me dices cosas bonitas, ni el rubor de mis mejillas, que me hacen parecer un tomatito cada vez que te tengo cerca. Ni la manera en la que paso a ser una niña pequeña solo por estar contigo. Quiero que esta felicidad nunca desaparezca... pero sobre todas estas cosas, te quiero a ti.

18 de junio de 2013

Me preguntarás por qué escribo.

Me preguntas por qué escribo como si no supieras la respuesta, es como si te preguntara a ti por qué respiras. Para vivir, ¿no es así? Pues igual yo. 

Es tal vez un poco menos evidente, yo escribo porque es mi forma más fuerte de gritar, la única manera de tomar la mano de la gente que quiero y que se fue muy lejos, y sentir su calor, la mejor forma que encuentro de retratar mis sueños, mis anhelos, mis miedos, mis prisas, mis risas, mi fuego interno. 

Escribo porque mis manos siempre saben decir mejor lo que pienso que mi boca. Porque ellas siempre tienen el valor de revelarse contra el mundo. Porque las letras nunca me han traicionado, porque siempre están aquí tan al alcance de mi mano para decirme todo lo que a veces he callado. 

Escribo porque siento, porque a veces también miento y porque me gusta soñar que escribo mi propio invento de lo que siempre he querido ser… mi propio cuento. Y que quizás a alguien, en algún rincón del universo, le pueda gustar. 

20 de mayo de 2013


"Contigo aprendí que la distancia es excusa, que el resto del mundo no cuenta, que nadie puede decirnos cómo amar
y que si queremos, podemos."

7 de mayo de 2013

"Las anticonceptivas están prohibidas por una iglesia que no aprecia el número de muertes por el sida, cuya cura no ha podido ser conseguida aunque la prioridad es encontrar en el espacio vida."

Hace falta soñar - Canserbero.

12 de abril de 2013

Ensayo sobre la clase media venezolana.


        La clase media venezolana, más que un bloque de personas que tienen en común una cuenta en el banco con un balance bancario similar, es una pequeña franja entre la indigencia de aquellos que duermen bajo un puente y la burguesía de los que duermen en un jet privado. Es una clase media que a pesar de parecerse a la clase media a nivel mundial, se caracteriza y distingue fuertemente de todas las demás. Es propia de los venezolanos.

        Nuestra clase media tomó una forma particular cuando en el siglo XX llegó a Venezuela el petróleo, la urbanización y la inmigración. Caracteres que nos marcaron y que a pesar del tiempo, hemos ido cuidando y manteniendo. Desde entonces adquirimos unos rasgos que nos negamos a perder, y es que el venezolano de clase media es por lo general consumista, fiestero, luchador, machista, y desapegado a la lectura. Poco a poco nuestra clase media se ha ido acostumbrando a llevar siempre la misma vida, sin variar, llegando a provocar una rutina en su día a día, en su trabajo y en su vida social, bien dice Rawayana (grupo musical venezolano de clase media) en su tema Algo Distinto “el viernes en la noche a la disco, el sábado a cenar, y el domingo la misa con tus papas. ¿Por qué no cambiar un poco nuestras vidas?”. Los llamo a la reflexión, ¿acaso no es cierto? ¿no les recuerda a su fin de semana de cierto modo? ¿está tan lejos de su realidad?

        A donde quiera que vayas siempre nos encuentras, somos minoría pero estamos por todas partes: comprando ropa en Miami, pasando un fin de semana de playa en Aruba, celebrando que nos graduamos de bachillerato en Cancún, tomando unas birras con los panas el domingo en La Guaira, tocando en las gaitas de algún festival intercolegial, en tu restaurante favorito de Las Mercedes, en el cine el sábado en la noche. Allí está la clase media, con un Blackberry, un iPhone o un Samsung en mano.

        Como bien dice Rafael Osio Cabrices en “Nosotros, la clase media” somos una línea de la sociedad venezolana que es capaz de comer sushi sin abandonar la arepa, y eso nos caracteriza más allá de cualquier cosa. Porque nuestra pequeña sociedad tiene la habilidad de disfrutar de lo mejor de cada una de las culturas que se han encontrado en nuestro territorio; todas nos ofrecen parte de su esencia y al irla juntando conseguimos la nuestra propia. Aun cuando no aprovechemos gran parte del arte, los museos o de los libros explotamos al máximo la comida, la música, el sabor y lo llenamos con el calor venezolano, creando así una versión mejorada.

        Desde hace 14 años nuestro país está siendo conducido por un gobierno que pretende adoptar como modelo económico  un nuevo socialismo, el socialismo del siglo XIX, pero que a fin de cuentas es el mismo socialismo de la Europa oriental o el de la Cuba comunista. El socialismo, para aquellos que aun no lo tengan claro se basa en la expropiación de la propiedad privada para que pase a manos del Estado, la equidad, e igualación de las clases sociales. Para ello se hace necesario desintegrar por completo la clase media. Deshacerse de nosotros, pero  mientras lo intentan pasamos de tener una pequeña burguesía a tener una boliburguesía con ostentosos carros rojos, consumiendo de manera desesperada desde el wisky hasta los más inútiles subterfugios hechos por el imperialismo, llámese americano, chino, asiático, inglés, alemán, europeo o como quieran. Y con otra parte de la clase media que no puede tener lo de la boliburguesía y que desesperadamente se va sosteniendo para no caer en picada y dejar de ser clase media.

        Los jóvenes de la clase media no boliburguesa somos una parte característica de nuestra sociedad que está muy bien formada, que le venimos dando a nuestro país lo mejor de que cada uno de  nosotros, y merecemos respeto. Además queremos disfrutar y pasarla bien, queremos formarnos lo mejor posible, queremos dar ejemplo, queremos llegar a ser los futuros líderes del país. Nosotros los jóvenes que pertenecemos a la clase media, los que luchamos constantemente por nuestro país, los que trabajamos cada día para formar una mejor Venezuela, para darle a este hermoso país un futuro más agradable lleno de paz, con un mundo más seguro, con valores éticos y morales, con principios, con igualdades de oportunidades, con respeto a las opiniones y al esfuerzo de los demás, con conciencia ambiental, donde el talento valga más que el dinero, donde no nos dejemos de hablar con nuestros hermanos por diferencias políticas o religiosa, donde no falte el pan en la mesa, donde puedas comprar cuanta harina, azúcar o café gustes en el supermercado porque éstos no escasean, donde los costos de la medicina no sobrepasen la capacidad económica del venezolano medio. 

        Nosotros, el eslabón que faltaba para que nuestro país sea lo que queremos. Nosotros no nos vamos a dejar extinguir. 

26 de febrero de 2013

No vuelvas más por aquí.


Aunque no me creas, aun después de todo este tiempo, te sigo queriendo. Sí, te quiero. Pero no de la misma manera. Te quiero por quien fuiste en mi vida, porque en algún momento determinado fuiste mi vida. Te quiero, por ayudarme a ser quien soy hoy, por enseñarme muchas cosas, por enseñarme a amar y a olvidar, gracias a ti soy más fuerte, me hiciste crecer, me hiciste sentir que yo sola podía contra el mundo.

Es cierto que te quiero, que te amé.

Te quiero, sin duda, porque nunca podría odiarte.

Lo significaste todo, y destruiste cada centímetro de mi alma. Te lo ruego, no regreses a mi vida ahora que aprendí a ser feliz sin ti. Que aprendí que puedo amar a alguien más. No vuelvas, porque si bien es cierto que el primer amor nunca se olvida, no es el único. Y ya aquí hiciste suficiente daño... por egoísta.

Te quiero, pero lejos de mi vida.

6 de febrero de 2013

27 de enero de 2013

Hoy son 23.

Hoy hace un año y once meses.

Hoy eres solo una cicatriz.

Hoy te amo tanto como te amé el último día.

Hoy te extraño tanto como siempre.

Hoy sigo consciente de que no volverás.

Hoy estoy triste y finjo no saber por qué.

Hoy también quiero que regreses y estés conmigo éstas próximas seis semanas...

Hoy me hace falta tu apoyo.

Hoy también necesito que hables con mi mamá y la tranquilices.

El sábado pasado también te necesité muchísimo. Hacías falta en la mesa, en la torta. 

Sigo luchando. Seguimos luchando.

Espero volver a verte algún día.

Te amo.

Te amamos.

No lo dejes ir.

Probablemente no sea el hombre de tu vida. Es más, estoy segura de que ni siquiera se asemeja a él. Pero si al menos te puede hacer sonreír una vez al día, y pensar en él dos veces más, no lo dejes ir. Si se preocupa por ti, si te escucha, si te cuida, no lo dejes ir.

Si te hace feliz, nunca lo dejes ir.

No será eterno, pero al menos valdrá la pena.

20 de enero de 2013

Que relativa es nuestra vida. Para nosotros vivimos una eternidad, mientras para el mundo pasamos solo un segundo en comparación a la vida de nuestro planeta Tierra.

Insignificantes.

Vivamos, dejemos huella.

Haz que tu segundo valga la pena.