3 de diciembre de 2013

El problema eras tú.

     ¿Hasta qué punto tu vida te pertenece? ¿Hasta qué punto la controlas? De lo único que somos dueños, si es que lo somos, es de las propias decisiones. Decisiones que tenemos que tomar a raíz de unos sucesos que nos son impuestos, cosas que no podemos controlar. ¿Cómo iba a evitar yo que te cruzases en mi camino? ¿Cómo iba a saberlo yo? Cuando te conocí yo adoraba infinitamente a mi chico. ¿Cómo íbamos a saber nosotros que la amistad y el cariño iba creciendo? Yo no sabía que esto pasaría, no sabía que me iba a quedar sola y que tú ibas a estar ahí. 

Sólo con el tiempo me di cuenta de que no estaba desilusionada con el chico por ser como era, sino por no ser como eras tú. Cada vez más tiempo juntos me dejó claras muchas cosas. 

El problema eras tú, siempre lo fuiste. 

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