Probablemente no sea el hombre de tu vida. Es más, estoy segura de que ni siquiera se asemeja a él. Pero si al menos te puede hacer sonreír una vez al día, y pensar en él dos veces más, no lo dejes ir. Si se preocupa por ti, si te escucha, si te cuida, no lo dejes ir.
Si te hace feliz, nunca lo dejes ir.
No será eterno, pero al menos valdrá la pena.
¡Me da gusto leerte!
ResponderEliminar