Hoy desperté, después de soñar contigo en la distancia, con
la firme convicción de no recordarte, de no pensar en ti y de olvidarte.
Me di cuenta que el recuerdo no se desgasta con el uso, al contrario,
se vuelve más permanente. Sin pensar mucho en borrarte, comencé mi día: abrí los ojos y cerré el corazón para no llorar… intento fallido pues
encontré una canción que no sé cuando escribí, desde otro cuerpo, con
otra mente, siendo otra persona que no soy. Una canción que habla de ti y
de mí.
Llevo tres horas escuchando la misma letra, la misma melodía, la
misma voz y no me he cansado. Llevo cuatro meses esperando a que regreses
y tampoco me he cansado. Y ya no quiero llorar, entonces me muerdo los
labios pero después recuerdo cuando tú lo hacías por mí y todo vuelve a
comenzar.
Mi batalla interminable lleva tu nombre, te odio porque me
enseñaste que la persona que busco sí existe, porque no te vas a
quedar, porque ya te estás marchando y ni siquiera has dicho
adiós.
A falta de tu presencia, seguiré escuchando la misma letra, la
misma melodía, la misma voz, sólo quería que lo supieras. Y no, yo no
escribí la letra de esta canción que habla de los dos.
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