Me prometes un futuro precioso, ¿pero para qué lo quiero? ¿De qué me sirve si en el presente no cuento contigo?
¿Qué importa el futuro cuando en las noches me siento sola, si en los días una disculpa sencilla supone llenar el vacío de todos tus silencios?
Y no los llena.
"No vivas de promesas que no pueden cumplir"
me dijeron una vez.
Y aquí estoy hoy, alimentándome de vacíos,
de esperanzas, de anhelos.
El sol me despierta y entonces abrazo al recuerdo de lo que fue una vez, de lo que habría podido ser.
Otra vez, incluso, me recordé que
no debía ver más allá de lo que ven mis pupilas.
Mis pupilas solo ven lágrimas.
¿Qué hay más allá? ¿Importa?
Un futuro precioso, una casa a orillas del mar, un montón de promesas que no hemos cumplido, y tú.
Tú y todo lo que no hemos vivido.
Por eso sigo.
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