Contigo he aprendido a vivir la vida con intensidad. A subirle la saturación a mis días. Es gracioso, contrario a las apuestas de Sesma, realmente no nos vamos a morir a 200 km/h en la autopista porque nunca pasas de 80, pero igual se siente la adrenalina.
Hace un año me cuidabas de mis fantasmas mientras mandaba mi vida por la poceta una medianoche cualquiera. Yo solo espero que los sentimientos que nacieron esa noche sigan tan vigentes como cuando una madrugada borracho malcedías diciendo "Fucking Lucrecia" en tu sofá.
Los días pasan lentos pero con la certeza que las semanas siguen avanzando en el calendario. La distancia es mayor pero el tiempo solo nos acerca. No puede hacer otra cosa. Así es el amor: Una apuesta continua. Creemos que la cerilla no tocará el suelo cuando paremos a llenar el tanque en medio del viaje; creemos que, a pesar del calor, no volaremos por los aires.
Y no lo haremos.
Te amo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario