Eres humo; pero no del que se va. Eres el humo que entra en
mis pulmones. Te siento cerca tras cada latido.
Eres como el humo: llegas, me calmas y te vas.
Eres como el humo: llegas, me calmas y te vas.
Tú me devuelves la vida con solo tocarme y sí, me quemas cada vez que lo haces; pero no por eso quiero que pares.
Cada día te espero, calmada y sonriente.
Eres mi humo. Llenas mi ropa, mi cabello y mis manos con tu olor, y siempre te quedas presente aún después de haberte ido.
Eres mi humo. Llenas mi ropa, mi cabello y mis manos con tu olor, y siempre te quedas presente aún después de haberte ido.
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