6 de febrero de 2018

El poema que te prometí y por fin escribí



¿Es mejor la distancia?
¿Un mar no es suficiente?
¿Un océano lo es?
¿Merece la pena la vuelta al mundo?


El mundo debería darse la vuelta
para que nos encontremos.

Pero, sabes,
ya está girando
y no nos acerca.

Qué pasa con la tristeza
cuando sobrevive a la taza de café
a las miradas a través de la ventana,
al cigarro que nunca quieres apagar,
a los bancos en salas de espera.

Qué pasa con la ansiedad
cuando se instala en la boca del estómago
y no te deja respirar
y no te deja pensar.

Las malditas despedidas
que deseases
que no existieran,
que nos desgarran el corazón
en mil pedazos.


Prefiero no hablar
de cicatrices
ni de heridos
ni de muertos

Dices que te vas
porque allá la vida llegará
y arrastrará con todo
y habrá puntos
y seguidos.


pero solo veo puntos
y comas.

Llegará la paz,
la felicidad saludará,
desde otro tejado,
solo debo bajar el ritmo
me repito


para vivir de nuevo.

Me da vértigo
la posibilidad de despedirme
en el aeropuerto
y no vuelva a ver tu mirada,
jamás.


Nadie volverá a hablar
de cicatrices
ni de heridos.

Sería mejor
no decir nada
porque prefiero la guerra,
cuerpo a cuerpo;
esta ciudad es increíble
porque tú estás en ella.


No me pidas que vuelva
sin ti.

Dices que no rompa más platos
ellos no tienen la culpa;
la paz o la distancia,
la bendita guerra.

Ya nadie habla
de cicatrices
de heridos
ni de muerte.


Aunque ya
ni tú
ni yo
vivimos,
o morimos.

1 comentario:

  1. Amor cuanta ternura y cuanta fuerza en tu vida, plena, maravillosa, con fuego de holocausto y de explosiones de certezas y futuro.

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