12 de diciembre de 2018

Cazador

( ¿Me estoy volviendo loca 
de verdad me has mirado? )




Sé que la locura no es uno de mis defectos y por eso mismo sé que tú también sientes el cosquilleo cuando estamos cerca. Tienes los ojos más bonitos del mundo y me miras como un asesino cuando se enamora de su víctima. Y te sonrío, como la víctima cuando sabe que están a punto de dispararle. 

Pero no disparas.
Solo callas.

Enciendo el yesquero solo para sentir el calor del fuego cerca de mi piel tan fría. Un mensaje tuyo un domingo por la tarde me ha hecho esperar el siguiente cada noche. A veces llega, otras no. Y no me importa. De esperanzas no vive el hombre, ya lo sé, pero a mí solo me hace falta soñar.

Todos los cigarros que nunca he fumado y todas las cartas que nunca he escrito llaman a mi puerta y me recuerdan que sigo a un “quédate” de distancia. Esas tres sílabas que tanto poder tienen para hacer la diferencia. El manual de instrucciones se perdió en el último incendio.

Una vez leí que incluso para ser zorra hay que saber algo: prefiero la astucia y la inteligencia, porque me cansé de ser siempre la presa en lugar del cazador. Tienes los ojos de quien está dispuesto a convertir la ciudad en cenizas con tal de conseguir lo que quiere, y unos dientes afilados como los de una fiera. 

Que por "tienes",
solo quise decir tengo.

Y el resto sobra. 

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