A veces, cuando estoy contigo, mi cabeza encuentra la frase perfecta para comenzar nuestra historia. Sin embargo, tan pronto dejo de verte, se esfuma antes que pueda rasgar la hoja con el grafito. ¿Acaso no es digna de ser escrita? Me duelen como las heridas que no le hago al papel.
Hace un par de diciembres me dije a mí misma que quería volver a creer que el amor todo lo puede. Ese mismo día me pregunté si el amor realmente existía. Esta tarde, cuando dormías en mis brazos, me di cuenta que sí, existe. Instantes como esos, son amor. Sigo sin saber si ese cabrón realmente lo puede todo, pero, al menos ahora tengo evidencia de su existencia.
Derrumbé la muralla, tumbé las paredes, cerré el ojo de la nuca. Cada mañana me repito a mi misma que ya no necesito que vigile, que todo estará bien. Ya es demasiado tarde para que el miedo toque a mi puerta o se cuele por la ventana de la casa. Que de todos modos, le paso candado y boto la llave, solo para asegurarme. La ciudad y la noche parecen infinitas cuando me tomas de la mano y me susurras al oído que me quieres.
Hace tiempo que siento las miradas clavadas en mi espalda, culpándome, juzgándome. Pero contigo, no. A tu lado parece que es primavera en el infierno, aunque de todos modos, no deja de ser infierno por eso. Tengo preguntas sin respuestas guardadas en la gaveta de la mesita de noche: ¿El tiempo existe? ¿Es relativo? ¿Podemos atraparlo? ¿Es posible que puedas leer mi mente? ¿Me quieres?
He dejado de mirar el horizonte esperando encontrar las respuestas y fue entonces cuando entendí que comprometerse debe ser algo así como enviarte mis bragas favoritas, usadas, en un sobre certificado para que el cartero te ruegue que firmes. A veces me siento como una casita de madera en lo alto de un árbol de una pequeña isla del Caribe, esperando un huracán. Pero, la verdad, es que prefiero enseñarte las cartas antes de empezar la partida, porque nosotros hemos ganado aquello por lo que otros matan y mueren.
Guardo la pistola descargada porque esta vez no voy a jugar a la ruleta rusa.
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